También mariita tiene su cunita: en la tierra sedosa se acuesta gustosa. Los granos casi pegados en un «cojín» colocados muy derechos, enseñando los costados redondos y estrechos. Silenciosamente como a la camita se acostará la mariita, la cubrirá cautelosa la propia tierra sedosa. No sirve tierra cualquiera, tiene que ser de primera: rica en nutrientes con cosechas patentes.
También mariita tiene su cunita: en la tierra sedosa se acuesta gustosa. Los granos casi pegados en un «cojín» colocados muy derechos, enseñando los costados redondos y estrechos. Silenciosamente como a la camita se acostará la mariita, la cubrirá cautelosa la propia tierra sedosa. No sirve tierra cualquiera, tiene que ser de primera: rica en nutrientes con cosechas patentes.